Un enemigo muy importante de nuestros equipos informáticos y de nuestros datos es la electricidad que alimenta a los propios equipos:
Hay muchas cosas pero sólo vamos a entrar en lo más básico de la protección contra la electricidad, los protectores contra subidas de tensión y los Sai o UPS (Suministro de Alimentación Ininterrumpida)
Protectores contra subidas de tensión: Son las típicas regletas y es lo mínimo que podemos hacer para proteger nuestros equipos de que se quemen pero no es una protección adecuada para un equipo informático donde, generalmente, tienen más valor los datos almacenados que los equipos informáticos en sí.
Los Sais son una protección más adecuada para los equipos informáticos ya que protegen tanto de tensiones altas, como de los cortes de electricidad, además de acondicionar la electricidad para que sea más benigna para los equipos informáticos y de gestionar el apagado ordenado del ordenador en caso de que la batería del Sai se vaya agotando.
Por lo tanto, recomendamos, sin ninguna duda, que todos los equipos estén protegidos por un SAI.
Pues un Sai es un aparato eléctrico que se pone entre el ordenador y la toma de electricidad y alimenta de electricidad al ordenador. Un Sai está compuesto de una batería, un cargador de batería, un ondulador y un conmutador que hace que cuando falla la electricidad de la red general hace que el ordenador se alimente de la electricidad acumulada en la batería del Sai.
Aquí la cosa ya se complica un poco porque hay que tener en cuentas los tipos de Sai que existen, la potencia de Sai que necesita nuestro equipo, el tiempo que queremos que nos proteja el Sai, la gestión de apagado del equipo que lleva el Sai, entre otras cosas.
Existen tres tipos básicos de Sai: Offline, Interactiva y Online.
Para poder hacer lo mismo en una red cableada, un intruso necesitaría tener acceso físico al cableado de nuestra red. Por tanto, vemos que las redes inalámbricas son mucho más accesibles que las redes cableadas.
Por tanto, recomendamos para equipos individuales, y que no tengan una gran exigencia operaciuonal, utilizar Sais interactivas, aunque no todas las Sais que se dicen interactivas son iguales, además de utilizar otros nombres como inline, line, etc.
Éste es un parámetro importante ya que si el Sai no da la potencia suficiente, no podrá mantener el equipo o el tiempo que nos proteja será muy pequeño. Sin embargo, aquí también hay su confusión ya que las Sai se miden en VA, voltios-amperios, y los equipos se suelen medir en Watios. Estas dos medidas están relaciondas, aunque no siempre las claran fácilmente los fabricantes. Por ejemplo, un Sai que tenga 500 VA puede ser que de 250 Watios, 260 Watios o 300 Watios en función del fabricante que sea.
En general, para un mismo valor de VA, cuanto mayor el valor de los Watios, más potente es el Sai.
Es el tiempo durante el que la batería del Sai alimentará nuestro equipo cuando se corte la electricidad. Cuanto mayor sea el tiempo, más potente será el Sai, aunque aquí también puede haber trampa. Nos tienen que decir el tiempo de protección a carga completa, es decir si el Sai es para 300 Watios, nos tienen que decir cuánto tiempo nos protegerá el Sai cuando el equipo esté consumiendo 300 Watios, no 200 ni 250 Watios.
Esta característica también es muy importante ya que es lo que permite que el ordenador se apague con orden, no se pierdan los datos en los que trabajamos y no resulten dañados los discos duros. La conexión entre Sai y ordenador puede ser a través de un puerto USB o un puerto RS232.
El precio de un Sai es función, básicamente, de la potencia, los VA, el tipo de Sai, offline, interactivo u online, y del tiempo de protección que queramos tener.
Para un ordenador de sobremesa, con tecnología interactiva, con software de gestión, con filtros y estabilizador y con cables puede estar alrededor de 100 €.
Pues, desgraciadamente, no. Hay muchos otros factores de la electricidad que nos pueden afectar y que no se evitan con un Sai, por ejemplo: Transitorios que son sobretensiones de corta duración y elevadas corrientes, los ruidos electromagnéticos que pueden afectar a nuestras redes de datos y la tierra de nuestra instalación eléctrica.